El termómetro no siempre marca los festejos y así es como a pesar del
crudo invierno suizo, las ciudades y pueblos viven con alegría los
festejos de navidad. Al
igual que sucede en otros países, los mercadillos cobran una
importancia especial durante el mes de diciembre pues allí es posible
encontrar distintos productos típicos, desde adornos hasta alimentos, y
hasta encontraréis algunos platos tradicionales elaborados por manos
expertas. Uno de los más concurridos es el de Montreaux, que cuenta con 80 puestos.
Si hablamos de Papá Noel, allí lo llaman San Nicolás y llega al país
el 6 de diciembre acompañado por su ayudante Schmuzli. Ambos se ocupan
de visitar a los niños y verificar si se han portado bien durante el
año. En ese caso, les regalan bolsas con dátiles, nueces, mandarinas,
higos y chocolate.
Lo llamativo de los festejos de fin de año en Suiza es
que si bien la Nochebuena es un acontecimiento familiar la Nochevieja
se celebra con amigos y durante la noche el alcohol corre como nunca,
es por eso que incluso existen los “narices rojas”, que controlan a los
conductores ebrios. Por lo general después de cenar los suizos salen a
festejar a una fiesta y celebran la llegada del Año Nuevo con fuegos
artificiales.
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